Marina León
The Pad Project surgió con una profesora que en 2013 llevó a sus alumnos y alumnas a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas. “Les inspiró tanto lo que vieron que recaudaron fondos con el fin de construir una máquina para fabricar compresas en Kathikhera, India”, así, cuentan desde la organización, consiguieron fabricar compresas accesibles para las mujeres de la zona.
La experiencia, fue documentada en Period. End of Sentence, desde el equipo, ven el documental como una forma de educar sobre la pobreza relacionada con la menstruación, además de un camino para acabar con el estigma y la vergüenza mundialmente asociados con la menstruación. Dicen, “es importante educar a las personas sobre la pobreza menstrual, si no conocen el problema, no podrán apoyar causas como la nuestra”. Pero The Pad Project, está lejos de ser un desconocido. Desde que Netflix publicó el documental, ha sido visto en alrededor de 190 países de todo el mundo y en YouTube alcanzó más de 670 mil visitas.
Aunque el documental es una buena forma de educar al mundo, su web tampoco se queda atrás. En ella, explican la importancia de la igualdad menstrual y cuentan con una sección de noticias, donde encontramos artículos tan interesantes como: “La pobreza menstrual es una consecuencia desconocida de los cierres por coronavirus” del The Philadelphia Inquirer. Cada mes, de media 6.000 personas aprenden sobre la menstruación en su web donde, al margen de informarse, también pueden subscribirse, hacerse Embajadoras, tomar acción en sus propias comunidades y también donar.
Sus redes sociales, son otra de los motores para educar contra el estigma de la menstruación, la pobreza que se relaciona con ella y otros problemas que la envuelven alrededor del mundo. Las infografías, dicen, son una buena herramienta para ello y las utilizan para hablar de higiene menstrual y salud reproductiva.
The Pad Project está presente en Twitter, Facebook e Instagram. Con ellas tienen el foco puesto en la educación, son una fuente de información y pretenden crear conciencia, no se centran tanto en hablar de sus embajadores y embajadoras, como sí lo hacen en la página web. Desde la organización, explican que más o menos se publica el mismo contenido, aunque Facebook y Twitter les permite publicar más artículos sobre la menstruación, puesto que son plataformas preparadas para añadir enlaces. Eso sí, en Instagram, cuentan con “una comunidad más comprometida, es la mejor plataforma para dialogar con ella”. El perfil de su audiencia en Instagram, según datos proporcionados por el equipo, son mayoritariamente personas de entre 25 y 34 años (45%) y jóvenes de entre 18 y 24 años (24%). Las procedencias son diversas, y nos demuestran que su proyecto tiene un alcance mundial, con seguidores y seguidoras de Estados Unidos (38%), Brasil (9,3%), Reino Unido (6,7%), Canadá (4,4%) y la India (4,3%).
La menstruación y los impuestos son un tema que no dejan atrás. Tax Free. Period. es una sección de su web donde dirigen a sus audiencias a esta plataforma en que, según dicen: “enseñamos a las personas sobre el problema de los impuestos en los productos de higiene intima mediante compartir información en nuestras redes sociales cuando estados específicos derogan el impuesto sobre los tampones, como por ejemplo lo hicieron el año pasado Míchigan y Ohio. También, compartimos detalles sobre como productos como el algodón de azúcar pueden estar libres de impuestos, pero las compresas y los tampones no”.
Las estrategias comunicativas que más eficaces les parecen para educar en la menstruación de forma interactiva son los vídeos, el ejemplo es su documental, que ha logrado un alcance mundial con toda la repercusión que eso conlleva. La clave para educar mediante internet, afirman, es “hacer que la información se pueda relacionar para que las personas puedan comprender lo que podría suponer para ellas no poder pagar compresas o tampones en algún momento de sus vidas”.
The Pad Project, educa en la menstruación desde la India, donde comenzó el proyecto de las máquinas para fabricar compresas, hasta Estados Unidos, donde luchan por eliminar los impuestos de las compresas y los tampones. Sus redes sociales, la página web y el documental, son fuentes de conocimiento en las que cada mes se informan y aprenden miles de personas de diferentes partes del mundo. Saben cómo enseñar y hacerlo de una forma fácil, sencilla, y accesible, por eso, no deja de crecer. The Pad Project, gracias a su trabajo con la visibilización de la menstruación, la pobreza que la rodea, así como los estigmas, espera colocar este año más máquinas para fabricar compresas en la India, Kenia, Nepal i Sri Lanka. También, continuar haciendo algo que se les da bien: crear conciencia y enseñar que la menstruación es un problema para la educación de muchas mujeres.